Al abrir ‘Cordillera’, me sumergí en un enigma envuelto en aromas. El eucalipto y el molle me susurraron secretos de las alturas andinas, donde la brisa del río cuenta historias antiguas. Cada nota, un paso más en un sendero místico.

En su corazón, encontré un tapiz de sensaciones: el carácter salvaje de rebaños, la calidez reconfortante de la leña, y la miel, dulce como un recuerdo perdido. La chicha de jora y el chincho se entrelazan, creando un misterio que invita a explorar más.

Y en el fondo, lo amaderado se mezcla con el pasto seco, evocando la imagen de un atardecer en la vasta cordillera, un momento de conexión profunda con la tierra.

‘Cordillera’ es un viaje a lo desconocido, una aventura olfativa que despierta el alma y cautiva el corazón.