Angel de Mugler (1992), creación de Olivier Cresp y Yves de Chirin, es el icono ámbar-vainilla femenino que redefinió la perfumería moderna y mereció el FiFi Hall of Fame 2007.
Se abre con un torbellino goloso de algodón de azúcar, coco, grosella negra, melón, piña y cítricos, evoluciona en un corazón jugoso de miel, bayas rojas, zarzamoras, durazno, jazmín, orquídea, y especias suaves como nuez moscada y alcaravea, y se asienta en un fondo decadente de pachulí, chocolate, caramelo, vainilla, haba tonka, ámbar, almizcle y sándalo.
Su estela audaz y adictiva sigue marcando tendencia y sigue siendo la firma perfecta para la mujer que abraza la fantasía y el glamour sin límites.
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